El cuidado de un olivo puede ser bastante sencillo si tienes en cuenta sus necesidades específicas. Aquí te damos una breve guía y algunos consejos útiles para que el árbol se mantenga saludable y pueda crecer bien
Los olivos necesitan mucha luz solar, así que colócalo en un lugar donde reciba al menos 6-8 horas de luz al día. Riégalo solo cuando la tierra esté seca. En verano, suele ser suficiente regarlo una vez por semana, y en invierno cada 2-3 semanas. Asegúrate de que el agua drene bien, ya que no toleran el exceso de humedad.
Elige una tierra bien drenada, idealmente mezclada con algo de arena o gravilla para evitar encharcamientos. Si vives en un clima frío, protege tu olivo de las heladas, cubriéndolo o manteniéndolo en una maceta para moverlo al interior en invierno.
Abona el árbol en primavera con un fertilizante equilibrado, pero sin excederte. Una poda ligera en primavera o verano ayuda a mantener su forma y eliminar ramas secas o dañadas. Finalmente, revisa regularmente el árbol para detectar plagas o enfermedades y actúa rápido si notas algún problema. Con estos cuidados básicos, tu olivo crecerá sano y fuerte.